Descripció
Actualmente, mientras que en Europa y Estados Unidos la agroindustria se viste de verde para vender sus nuevos “bio” agroinsumos, miles de campesinos, agricultores y grandes productores alrededor del mundo, han aprendido la lección y se han convertido en científicos de sus propias tierras. Evalúan la salud de sus tierras con la cromatografía, reproducen sus propios microorganismos, promueven el desarrollo de humus en sus suelos con el uso de compostas y abonos verdes elaborados por ellos mismos, utilizan maquinaria apropiada para la regeneración de sus praderas y suelos, pastorean intensamente su ganado, manejan inteligentemente los recursos que ofrecen sus tierras y gestionan la topografía de sus terrenos con la intención de cosechar agua y tierra, captalizando así, año tras año, la energía del sol transformada por sus plantas y potenciada por sus animales y sus propias acciones.
Esta es la verdadera agricultura, sin más adjetivos ni calificativos: el conocimiento y la tecnología en manos campesinas. Llegó para quedarse, llegó para beneficiar al que trabaja la tierra, al que con su esfuerzo y conocimiento incrementa la fertilidad de su tierra, sabiendo que un suelo sano produce plantas sanas que producen animales y humanos sanos.